jueves, 24 de abril de 2014

Botella, tarros y latas

Esa misma noche vi Drinking Buddies. No fue coincidencia.

La cerveza ha estado presente en mi vida desde que tengo memoria, tanto en mi boca como en la de quienes me rodean. Está entre mi favoritas, la tomo en vaso y no dejo que se enfríe en exceso. La cerveza es compleja, pero lo esconde tan bien que ya ni nos molestamos en buscarle.

El sábado recibí un mensaje ya casi a las once de la noche; era mi primo. Mauricio y yo crecimos juntos. Tiene mi edad, pero a los 21 años ya vivió en cuatro ciudades distintas, renta el departamento en el que vive con el sueldo que gana en un trabajo que acaba de darle un premio de innovación en desarrollos tecnológicos. No pretendo venderles la idea de que es una especie de genio (aunque un poco sí lo es). Tenía meses que no nos veíamos y aunque jamás hubo algún tipo de pleito no encontrábamos el momento para platicar. Por supuesto las cervezas fueron motivo suficiente para reunirnos.

Después de una tan esperada plática pensé mucho en lo que la cerveza es para mí. Va más allá de una borrachera o de refrescarme cuando hace calor. Nosotros somos como ellas. Hay de muchos tipos, pero a veces creemos que todas son iguales. Cada lote tiene un sabor distinto, así que aunque tengan la misma etiqueta el sabor jamás será el de la primera vez.

Hay que darse tiempo para probarla y se debe servir en un vaso para observarla con detenimiento y que libere todo su sabor; tomarla directo de la botella sólo reduce la sensación. Finalmente, el producto final no lo es todo. Existe un proceso y un contexto que lo rebasa y que si uno busca vivir la experiencia por completa debe considerarlo.

Mauricio está dejando la programación y la tecnología por el surf y los buenos libros. Nos encontramos en un punto similar de nuevo, y no podría estar más contento por ello. La cerveza siempre ha estado presente en mi vida así como Mauricio, y los dos si que le hacen bien a uno.

Mi primo es Mauricio y pueden seguirlo como @mau_rs tanto en Twitter como en Instagram.

También no dejen de ver Drinking Buddies (Swanberg, 2013) con Olivia Wilde, Jake Johnson y Anna Kendrick. Es tan real que hasta da miedo. 

@YoInvitoBlog


jueves, 10 de abril de 2014

Rocío Durcal no es la española más mexicana


No había sido un buen día. Particularmente detesto los martes, y éste no fue la excepción. Pensé que esta cena me iba a resultar difícil, pero María hizo que todo cambiara. Esta españolita ya es parte de mi familia.

Originalmente pensaba escribir acerca del desayuno familiar del domingo en el Restaurante del Bosque, en Chapultepec. Sin embargo, este blog es sobre experiencias y no sólo de recomendaciones. Preferí elegir mi casa como el restaurante predeterminado y la noche de este martes en particular porque las penas se sienten menos con enchiladas chiapanecas.

María es la jefa de mi hermana en España. Ambas trabajan para un banco de allá y gracias a ello descubrieron que ambas son fieles amantes del buen beber, probar nuevos sabores y conocer nuevos lugares. La conocimos hace ya dos años, y acaba de pasar con su familia las vacaciones decembrinas con nosotros en Chiapas (de ahí es TODA mi familia).

Mi madre preparó su especialidad: las enchiladas chiapanecas. En lugar de crema y queso gratinado, llevan col, cebolla y queso crema chiapaneco. La carne lleva una condimentación especial y el mole es rojo, de ése que sólo una turula* sabe preparar. Un vino, unos tequilas e historias tanto de la Madre patria como de la tierra del Cañón del Sumidero le dieron un vuelco a mi día.

Hay tantos sabores que probar como personas por conocer. Estoy muy contento de que estos madrileños hayan llegado a nuestras vidas. Expanden nuestra manera de pensar como nosotros la de ellos. No hay mejor intercambio que el de experiencias.

María no tiene ni facebook ni twitter, pero es una mujer llena de conocimiento y una visión del mundo que sólo el viajar como ella lo ha hecho te da.

*Turula(o) es el gentilicio extraoficial para la gente que viene de Tonalá, Chiapas.

Por cierto, muchas gracias a Filtros Amarillos por recomendarnos en esta semana.

@YoInvitoBlog


jueves, 3 de abril de 2014

El desconocido de Café Negro

Mi hermano llegó con alegría y una increíble seguridad a darle una palmada en el brazo a un desconocido que se veía muy entrado en su conversación. Cuando volteó a ver a mi hermano, lo único que se leía en su mirada era: ¿quién es éste?

No hay nada como el Café bien negro

Ese sábado habíamos pasado toda la tarde dormidos. Se hizo de noche, y ninguno tenía planes para salir con sus amigos. Yo quería salir, así que mi hermano me dijo que me iba a llevar a Nueva York... o algo parecido. Invitamos a mis papás, pero al parecer ni la excursión a la Gran manzana les quitaba el cansancio del día.

Llegamos a Coyoacán, como de costumbre lleno, y nos estacionamos bien lejos. Así llegamos a Café Negro. En efecto, es un café con interiores de este Nueva York alejado de Friends y más cercano al de American Psycho. No por la sangre, sino por esta cuestión más cosmopolita. Chiquito, pero muy pulcro y minimalista. Afortunadamente los precios estaban muy alejado de lo que uno pagaría en Manhattan. Eso sí: todo orgánico y hasta vendían su mezcla en presentaciones de tamaños variados.

Yo pedí un latte y mi hermano un capuchino. La verdad es que el sabor no es nada fuera de lo común, pero el ambiente del lugar es lo mejor. Platicamos tanto que hasta nos pidieron disculpas por llevarnos la cuenta y es que ya iban a cerrar. También pedimos un cuernito glaseado con relleno de mantequilla y nuez bastante bueno.

Sobre el desconocido, mi hermano le enseñó una foto de la persona con quien lo confundió y resultó que también lo conocía. Nos dijo como se llamaba, pero la verdad ya lo olvidé. Ojalá haya disfrutado de su café tanto como nosotros.

<3
Café Negro está en el local B del número 16 en la calle Centenario en el Centro de Coyoacán, contra esquina del Santander que está junto a El hijo del cuervo. 
Síguelos en @CafeNegroMX y también en Facebook

@YoInvitoBlog

Oigan, y también invítenme. Quiero saber a que lugares van y como se la pasan. Buena comida y grandes bebidas y ahí me tienen.